sábado, 1 de noviembre de 2014

Reflexión sobre las metodologías de entrenamiento en la preparación física del fútbol

Actualmente, se habla mucho sobre qué metodología de entrenamiento utilizar: descontextualizadas, periodización táctica, entrenamiento estructurado... Y surgen los debates: los que hablan de una integración completa del entrenamiento y los que dicen que se necesita separar el trabajo físico del resto de estructuras que configuran al sujeto; y, por otro lado, los que hacen planificaciones anuales buscando picos de forma y los que planifican semanalmente.

Pero, ¿quién tiene razón? 

Desde luego que el que busca los picos de forma no, ya no sólo por su más que dudable existencia en deportes de equipo, sino también porque una liga consta de muchos partidos, ¿te dan más puntos por ganar un partido en la jornada 30 que en la 2? Por tanto, ¿deberíamos descartar por completo una planificación ATR? Después daré mi opinión al respecto.

En segundo lugar, tenemos a los de la periodización táctica, que defienden, a resumidas cuentas, que todo ejercicio debe ir dirigido a la forma de jugar del equipo. Es una metodología que da lugar a muchas dudas a la hora de trabajarla, pues muchos la llevan al extremo. ¿Debemos dedicar parte de los entrenamientos a la prevención de lesiones? "no, es que mis jugadores realizan acciones en los entrenamientos que luego van a repetir en los partidos, por lo tanto estarán más preparados y el riesgo de lesionarse será menor" Perfecto, pero ¿debemos obviar el trabajo de propiocepción, equilibrio pélvico, etc., que ha demostrado prevenir muchas lesiones?



Por último, el entrenamiento estructurado nos habla de que los jugadores están formados por estructuras indivisibles (táctica, coordinativa, condicional o física, socio-afectiva y emocional) y que cada jugador es distinto porque durante su vida deportiva ha vivido situaciones motrices distintas. Es decir, todos los ejercicios de los entrenamientos deben tener un objetivo de cada una de estas estructuras y, además, cada jugador tendrá unos objetivos específicos que se ajusten a sus características. Intentar desarrollar esta metodología es realmente difícil.



¿Qué metodología debemos utilizar? ¿Cuál es la mejor?

Para mí, la mejor metodología es la que uno propio crea sacando las mejores cosas de cada una, sin ir nunca a los extremos.

En primer lugar, hay que llegar a un acuerdo con el resto del cuerpo técnico y, sobre todo, ver qué es lo que quiere el entrenador, y en función de eso el preparador físico debe adaptarse.

Después, ver de qué medios dispone el club. Si sólo tienes tres horas de campo a la semana, ¿es la carga de trabajo suficiente? Si no tienes nada de material de gimnasio, ¿podríamos hacer entrenamientos descontextualizados?

Por mi parte, combinar metodologías integradas (en un 80-85% de total del tiempo de entrenamiento) con descontextualizadas (15-20%) dedicado a prevención de lesiones y trabajo de fuerza en el gimnasio, sería lo más adecuado. Las metodologías integradas defienden que para qué quiero que mi jugador salte más si luego no gana ningún balón aéreo porque no mide bien; pero si conseguimos que mida bien esos balones aéreos (entrenamiento integrado) y aparte trabajamos para que salte más (entrenamiento descontextualizado), ¿no será más efectivo?

Por tanto, ¿está mal que los jugadores trabajen la resistencia yendo a correr? No, pero hay cosas mejores. Como dijo Rui Faria, si quiero aprender a tocar el piano, no doy vueltas alrededor de él, lo toco. Siempre que se haga que sea porque no queda más remedio (por ejemplo: sólo tienes tres horas de campo a la semana y lo consideras insuficiente).



Con respecto a la planificación, utilizaría una planificación anual especificando los contenidos a trabajar en cada microciclo y haría las modificaciones oportunas según avance la temporada. Digamos que es un "ATR modificado", en el que no se busca picos de forma y en el que el trabajo específico del fútbol ocupa la mayor parte de la planificación. El hecho de aplicar una metodología integrada no quiere decir que tengas que planificar semana a semana (refiriéndonos siempre al aspecto físico o condicional).

En conclusión, un preparador físico no debe cerrar su mente y tiene que sacar aspectos positivos de las diferentes metodologías, pues de todas se puede aprender y de esta forma podremos adaptarnos mejor a diferentes situaciones. Un ejemplo claro puede ser este vídeo de Mourinho (entrenador por excelencia de la periodización táctica) en un entrenamiento con el Chelsea:



Me gustaría acabar la reflexión recomendando un gran libro sobre todo este tema: Pedro Gómez (2011), "La preparación física del fútbol contextualizada en el fútbol".

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